proyecto Obras de Teatro Español-For. Civ:
a continuación le dejo los guiones de obras por equipo, recuerden, pueden modificarlo para ambientarlo a su necesidad o personajes
la presentación de las obras se realizaran el viernes 9 de febrero
La Madre de Alfredo plancha la
ropa mientras Alfredo juega con un perro en el salón. Llaman al timbre. La Madre sale a atender la
puerta y entra en la habitación la profesora Lidia.
Equipo 2
Título de la obra: “Aceptando ser diferente”
ACTO
ÚNICO
Equipo 3
Título de la obra: “Lecciones de Escuela”
Título: “Todo lo que haces se devuelve”
Personajes:
ACTO I
ACTO II
la presentación de las obras se realizaran el viernes 9 de febrero
Equipo
1
Obra corta sobre bullying
Título: “El gordito”
La misma nos deja una gran enseñanza sobre lo malo que es
discriminar a otras personas por ser diferentes, y las consecuencias que trae
hostigar y ser agresivo con los demás.
personajes:
1.
ALFREDO.- 14 años, tímido y reservado. Vive
amenazado por unos compañeros del colegio, que se ríen de él por ser gordo.
2.
QUINO.- 17 años, repetidor, es un mal estudiante que
abusa de los compañeros aunque tiene especial fijación con Alfredo.
3.
JUAN GABRIEL.- 16 años, amigo y vasallo de Quino.
4.
MADRE DE ALFREDO.- 36 años, madre de Alfredo, tiene que
criarlo a él, ella sola.
5.
LIDIA.- 46 años, profesora de Alfredo. Mujer
preocupada por sus alumnos.
6.
POLICIA.
ACTO I
Colegio Santo Tomás,
cinco de la tarde, un grupo de cinco niños apelotonados en el pasillo no
pierden detalle de la acción.
Quino tiene agarrado por las solapas de una camisa a Alfredo,
este lo zarandea de un lado a otro mientras Alfredo suplica entre sollozos.
QUINO: Venga, hazlo y te
suelto.
ALFREDO: Por favor Quino,
suéltame ya.
QUINO: Venga
ALFREDO: Por favor, hace un
rato que tendría que estar en mi casa.
QUINO: Sino lo haces no te
vas a ir a ninguna parte.
Los otros cinco niños
en el pasillo no dejan de reírse viendo la situación.
JUAN GABRIEL: Quino humíllalo de una
vez.
Quino vuelve a
zarandear a Alfredo con violencia
QUINO (Con una sonrisa
socarrona en los labios): Tranquilo querido público, tranquilo. Parece que
no tenía también domada a la morsa como yo pensaba. Pero…
Quino le suelta un
bofetón a Alfredo que los enmudece a todos. Alfredo empieza a llorar
desconsoladamente.
QUINO: ¿Ves? Si es que me
obligas a ser malo contigo, ¿te crees que no me duele pegarte?, pero claro no
me obedeces y tengo que hacerlo.
Todos en el pasillo
permanecen en silencio.
QUINO: Venga Alfredo, voy a
darte una última oportunidad sino…
Quino alza la mano en
señal de amenaza.
ALFREDO (sin dejar de
llorar): Está bien, Quino, no me pegues.
Alfredo se tira al
suelo, se alza sobre sus rodillas y empieza a chocar los brazos imitando a una
foca mientras imita el sonido. El pasillo vuelve a inundarse de carcajadas.
JUAN GABRIEL: Jajaja, muy bueno
Quino, muy bueno.
La profesora Lidia
entra en el pasillo.
LIDIA: ¡Eh!, ¿qué estáis
haciendo?
El grupo de niños y
Quino salen corriendo y desaparecen. Alfredo intenta incorporarse torpemente y
Lidia lo alcanza.
LIDIA: Ey, Alfredo, ¿qué
estabais haciendo?
Ésta sujeta la cara de
Alfredo para mirar más de cerca la marca enrojecida, de la mano de Quino, que
Alfredo tiene sobre su rostro.
LIDIA: ¿Quién te ha hecho eso
Alfredo?, dímelo.
ALFREDO: Nada, no ha sido
nadie. Déjeme que me vaya por favor, mi madre me está esperando.
Alfredo se desengancha
de Lidia y sale corriendo torpemente entre lágrimas del colegio.
ACTO II
Casa de Alfredo, es un
salón humilde donde una pequeña y solitaria bombilla ilumina con dificultad la
habitación.
MADRE DE
ALFREDO: Buenas, no la esperaba. Alfredo, ¿cómo no me dijiste que tu
profesora iba a venir?
ALFREDO: No lo sabía
LIDIA: No se preocupe señora,
Alfredo no lo sabía. He venido para hablar con usted. Alfredo podrías dejarnos
a solas a tu madre y a mí un momento.
MADRE DE
ALFREDO: Ya has oído Alfredo, ve a tu habitación con Cobo y ahora vienes
cuando te llame.
ALFREDO: Sí, mamá.
Alfredo sale de la
habitación con el perro siguiéndolo.
LIDIA: Mire he venido rápidamente
después del colegio porque he visto algo que me ha asustado mucho.
MADRE DE ALFREDO (con el rostro
sorprendido): ¿Qué sucede?
LIDIA: Mire, sabe usted si su
hijo está bien en el colegio o si tiene algún problema con un compañero.
MADRE DE
ALFREDO: Pues no la verdad, que yo sepa está bien.
LIDIA: ¿Entonces no ha notado
nada raro en él?
MADRE DE
ALFREDO: No. Aunque bueno ahora que lo dice, la verdad es que está un
poco encerrado en la casa, yo le animo a salir a la calle a jugar, pero nada no
hay quien lo saque de aquí.
LIDIA: Si fuera otro niño, no
sería raro, ya sabe hoy en día con las consolas y los ordenadores los niños no
salen a la calle, pero de Alfredo me extraña.
MADRE DE
ALFREDO: ¿Usted sabe si le ha pasado algo en el colegio a Alfredo?
LIDIA: Pues mire hoy he
presenciado una situación rara en el colegio. Ya habían terminado las clases, y
se oía mucho algarabío en el pasillo. Al principio pensé que serían unos chicos
que se había quedado jugando en el pasillo después de las clases, pero después cuando
me acerqué todos salieron corriendo. Alfredo se estaba levantando del suelo con
los ojos enrojecidos como si hubiera estado llorando y tenía la marca de un
guantazo en la cara.
MADRE DE
ALFREDO: ¿A mi niño?, ¿Quiénes eran los otros niños? A lo mejor era parte
de un juego.
LIDIA: ¿Qué le parece si
llamamos a Alfredo y entre las dos le sacamos alguna información?
MADRE DE
ALFREDO: Sí, será lo mejor. ¡Alfredo ven!
Alfredo entra en la
habitación.
LIDIA: Alfredo, por qué no
nos cuentas a tu madre y a mí, qué te ha pasado esta tarde en el colegio.
ALFREDO (con la cabeza
agachada): Será mejor que no.
MADRE DE
ALFREDO: Y eso ¿por qué lo dices? No estamos enfadadas contigo.
LIDIA: Si nos dices que todo
era un juego, no va a pasar nada, no nos vamos a enfadar, ¿era un juego?
Alfredo niega con la
cabeza
ALFREDO: Es que se va a
enfadar.
MADRE DE
ALFREDO: ¿Quién?
ALFREDO: Quino y va a ser peor.
La madre de Alfredo se
acerca a su hijo para ponerle la mano en el hombro, pero este la aparta
corriendo dolorido.
MADRE DE
ALFREDO: ¿Qué te sucede? A ver levántate la camiseta.
Alfredo se levanta la
camiseta y su torso está lleno de moratones. La Madre de Alfredo y Lidia
miran horrorizadas.
ACTO III
Entrada del colegio.
Los niños se agolpan, suena el timbre y todos suben. Quino y su amigo Juan
Gabriel se detienen en la entrada. Mientras todos entran hasta quedarse solos.
JUAN GABRIEL: Vamos Quino, que nos
van a cerrar la puerta.
QUINO: ¿Y qué más da? Pues se
entra después
JUAN GABRIEL: También es verdad. Por
cierto, ¿qué le tienes preparado hoy a la foquita?, ¿vas a hacer algún número
nuevo con él?.
QUINO: No lo sé, puede que
hoy simplemente le pegue y ya está, no estoy hoy motivado.
Lidia está escuchándolos
sin ser vista detrás de ellos.
LIDIA: ¿Cómo podéis ser tan
animales?
Quino y Juan Gabriel
se giran sorprendidos
LIDIA: Ahora atrévete a
negarlo.
QUINO: ¿El qué?
LIDIA: Todo lo que estabas
hablando de Alfredo.
QUINO: No sé de lo que me
habla.
LIDIA: Ah, ¿no? Tranquilo
igual estos señores te ayudan a recuperar la memoria. Adelante.
De la puerta del
colegio salen un policía.
POLICIA: ¿Quino?
QUINO (con voz
temblorosa): ¿Sí?
POLICIA: Nos vas a acompañar
LIDIA: Tú Juan Gabriel te has
librado por hoy, así que márchate antes de que me arrepienta.
Juan Gabriel entra en
el colegio rápidamente.
POLICIA: Así que te gusta
pegarle a los compañeros.
Quino empieza a llorar
desconsoladamente, por las ventanas del colegio empiezan a asomarse todos los
niños para ver cómo se llevan a Quino.
LIDIA: Espero que ahora te lo
pienses mejor antes de pegarle a un compañero por ser diferente.
FIN
Equipo 2
Título de la obra: “Aceptando ser diferente”
1.
Amalia: Chica tímida y recatada, víctima de bullying
2.
Carolina: Amiga de Amalia que la aconseja y consuela,
chica humilde pero menos tímida.
3.
Beatriz: Chica extrovertida, presumida, que se burla de
Amalia.
4.
David: Amigo de Beatriz que la secunda en sus burlas para
con Amalia.
Ambientación: Plaza de barrio en
medio de varias casas, donde habitan los personajes.
Introducción: Beatriz y David caminan
por la plaza del barrio cuando se cruzan con Amalia y Carolina.
ACTO
ÚNICO
Beatriz (riendo de manera sarcástica): ¡Mira quien viene ahí, la
monja del barrio!, la más bonita y sexy.
David (riendo de manera burlona y tratando de tocar a Amalia):
Hola linda, me tienes enamorado con tanta… FEALDAD
Carolina (molesta y hablando fuerte): ¿No tienen nada más que
hacer? Dejen ya de molestar a Amalia.
Amalia permanece callada, mirando al piso sintiéndose muy
abochornada, mientras los otros personajes siguen discutiendo entre ellos.
David (sin dejar de ser sarcástico): ¿Ves cómo la reina del
barrio tiene su esclava que la defienda? Nadie está hablando contigo, hablamos
con la fea de tu amiga.
Beatriz (acercándose a Amalia sin dejar de reír): ¿Qué paso fea,
te comieron la lengua los ratones?
Carolina (muy molesta): ¡Bueno ya! Paren de molestarla ¿No se
cansan? Tienen años burlándose de Amalia ¿Qué necesidad tienen de hacer daño a
alguien que no los ha dañado nunca?
Beatriz (dejando de reír y hablando molesta con Carolina): ¿Y tú
qué necesidad tienes de meterte en algo que no es tu problema? me río de la
fea, porque me molesta su presencia, verla me hace doler los ojos, y ella
insiste en ponerse frente a mí, si no quiere que me burle de ella, tiene que
desaparecer del barrio.
Carolina (hablando en un
tono más bajo): Ella no tiene que desaparecer, este barrio no es de ustedes,
todos vivimos aquí y tenemos derecho a estar en el lugar que deseemos y tú…
Amalia (interrumpiendo
a Carolina y caminando hacia donde está Beatriz): No Caro, ella no me molesta
porque le duelan los ojos, ni por fea, me molesta porque detesta lo que es y no
soporta que yo sea distinta a ella, sí soy diferente y me siento orgullosa de
serlo. Yo puedo pararme frente a cualquier persona sin sentir que me ven como
un mal ejemplo, no tengo que molestar a nadie para sentirme segura, ni debo
demostrar que soy muy mala para que me acepten. Eso lo haces tú Beatriz, porque
eres insegura y necesitas ganar la aprobación de otros para pensar que eres
alguien ¡qué lástima das!
Amalia termina de
hablar y comienza a caminar, Carolina sigue detrás de ella y se alejan.
Beatriz (Golpeando el
piso con sus pies): ¿David, por qué permitiste que esa fea me hablara así?
David (mirándola como
si la estudiara): ¿Sabes Beatriz? la fea tiene razón, a ti no te duelen los
ojos, te duele el alma de lo podrida que la tienes, y a mí me está doliendo
haber perdido mi personalidad para seguir tu juego, vas a tener que buscar otro
cómplice, la fea tiene toda la razón, que estúpidos nos vemos burlándonos de
alguien para poder pensar que somos mejores.
David se aleja de
Beatriz y esta queda con la boca abierta sin creer lo que acaba de escuchar.
FIN
Equipo 3
Título de la obra: “Lecciones de Escuela”
1.
Elvira (una jirafa)
2.
BooBoo (un chimpancé)
3.
Kiko (un mono capuchino)
4.
Sandy (una osa hormiguera)
5.
Mary (una osa pardo)
6.
Moto (un gorila grande)
AMBIENTACIÓN: Hora de jugar en
el patio de la escuela animal. Un patio amplio con un enorme árbol en todo el
centro.
INTRODUCCIÓN: El patio de la escuela
se encuentra lleno de todos los pequeños animales del bosque jugando, vemos
todo tipo de animales.
BooBoo, Kiko y Sandy
parecen divertirse mucho jugando al fútbol con una pelota autografiada por el
mejor jugador de todo el continente. Observamos a Sandy y a Mary sentadas en
una banca, animando el juego.
BooBoo: Soy el mejor
pateador de esta escuela Kiko! Jamás podrás ganarme!
Kiko: Tal vez seas el
mejor pateando la pelota BooBoo, pero yo sigo siendo el más veloz de los dos!
Sandy: Ustedes son los
mejores jugadores de futbol de esta escuela! Y sin duda Mary y yo somos las más
bonitas!
Mary: Ni que lo digas,
Sandy! Debe haber muchas en esta escuela que ya quisieran ser como nosotras!
Elvira: (tocándole el
hombro a Sandy y Mary) Hola! Puedo sentarme con ustedes?
Mary: (Con tono
odioso y mirando hacia arriba) Pero quién eres tú?
Sandy: (en tono
burlón) Woow! Que largo cuello tienes!
Elvira: Si! Es porque
soy una jirafa. Soy la especie más alta entre todos los animales terrestres!
Mary: Y siendo tan
alta cómo crees que podremos contarte secretos? Tendríamos que escalar en ti
para poder contártelos y nos llevaría una eternidad, sí que se vería ridículo!
Jamás podrás ser nuestra amiga! No eres de nuestro tamaño!
BooBoo y Kiko dejan de
jugar estallando en risas y acercándose a Mary, Sandy y Elvira.
Elvira: (con lágrimas
en los ojos) Eso que dices es muy hiriente.
Elvira se aleja
llorando de ellos y se ubica en una esquina.
De pronto se escuchan
unos pasos grandes y secos. BooBoo y Kiko dejan de reírse y quedan paralizados
de miedo.
Moto: Pero miren
quienes están aquí! Si son los autoproclamados “Mejores jugadores de la
escuela” y miren quienes están con ellos! Las también autollamadas “Mas lindas
de la escuela” Veamos qué hacen sin su pelota autografiada!
Moto le arranca la
pelota a Kiko y la lanza al árbol más alto de todo el patio.
Moto: Y ahora veamos
que hacen sin su pretenciosa Sandy! (Moto agarra a Sandy y la monta en
lo más alto del mismo árbol en donde puso la pelota autografiada)
Moto: (alejándose)
Ja, ja, ja! Vamos a ver si alguien los ayuda, cosa que no creo!
Sandy no deja de
gritar de miedo desde lo más alto del árbol. Kiko y BooBoo se ven desesperados
al no saber qué hacer para ayudar a Sandy y bajar la adorada pelota. Mary en
estado de shock, se ve pensativa. Todos los animales de la escuela los miran y
se ríen. Ninguno demuestra ganas de ayudarles.
Mary: Creo que hay
alguien que nos puede ayudar a bajar a Sandy y a la pelota. Alguien a quien
desearía no tener que pedírselo.
Vemos a Mary acercarse
a Elvira, quien sigue llorando sentada en una banquita de espaldas. No se ha
percatado de lo sucedido.
Mary: Querida Elvira.
Sé que haberme burlado de tu largo cuello hace unos segundos junto con mis
amigos, no estuvo bien, y te quiero pedir disculpas. Ahora tu largo y fuerte
cuello es lo único que puede ayudarnos en estos momentos.
Elvira: (secando sus
lagrimas y con voz emocionada) Para qué podría ser buena, Mary?
Mary señala hacia el
árbol. Elvira no puede creer lo que ve. Sale corriendo hacia el árbol.
Elvira: Baja por mi
cuello Sandy! Sujétate bien de él y desciende poco a poco, no me harás daño y
no podrás caerte, estaré protegiéndote!
Sandy, llorando, logra
bajar del enorme árbol. Al tocar tierra le entrega la pelota autografiada a
BooBoo y abraza fuertemente a Mary. Elvira se ve alegre.
Mary: Me siento
terriblemente apenada contigo Elvira.
Sandy: Elvira, me has
salvado. Y no debiste hacerlo pues hace un rato me burlaba de ti. Tienes un
gran corazón, no sé como agradecértelo.
BooBoo: Yo sí sé como
agradecer este enorme gesto! Kiko y yo queremos regalarte nuestra pelota
autografiada en manera de disculpas!
Elvira: No puedo
aceptarlo, es su preciada pelota!
Kiko: Si no la quieres
aceptar, entonces que esta pelota se convierta en el símbolo de nuestra amistad
que comienza desde ya!
Elvira se nota
realmente emocionada y baja su cuello haciendo que Mary, Sandy, Kiko y BooBoo
se monten en él.
Elvira (grita
emocionada): Será el comienzo de una divertida y muy diferente amistad!
De pronto, se vuelven
a escuchar unos enormes y secos pasos en el piso. Vemos entrar a Moto y todos
se quedan congelados.
Moto: Espero que esto
les haya servido como una gran lección. Todos somos diferentes, pero muy
importantes a nuestra manera. Si no hubiese sido por la gran altura del cuello
de Elvira, Sandy no hubiese podido bajar. Debemos respetarnos y aceptar a los
demás tal cual son. Si alguien es distinto a nosotros, no quiere decir que él
sea mejor ni peor que nosotros. Todos somos iguales por dentro.
FIN.
Equipo 4
Título: “Todo lo que haces se devuelve”
Personajes:
1.
Casilda: Habitante del pueblo
que se preocupa por ayudar a las personas que necesitan.
2.
Mariana: Ayudante de Casilda
en la recolección de ayuda.
3.
Policarpo: Dueño del almacén
del pueblo.
4.
Francisca: Esposa de Policarpo.
ACTO I
Ambientación: Almacén de pueblo.
Introducción: Casilda y Mariana llegan muy consternadas al almacén a solicitar ayuda a Policarpo y su esposa.
Introducción: Casilda y Mariana llegan muy consternadas al almacén a solicitar ayuda a Policarpo y su esposa.
Casilda (Con cara de tristeza y preocupación):
Buenos días don Policarpo ¿Cómo se encuentra?
Policarpo: Muy bien doña ¿En qué puedo servirle?
Mariana (tomando la palabra): ¿Cómo le va? No sé
si ya se enteró que el rio creció en la parte sur y la gente que vivía cerca
perdió sus casas, eso se llevó todo, no dejo nada a su paso, esa gente se la
está viendo muy mal.
Francisca (preocupada): Si nos enteramos pobre gente
¿Ahora qué harán?
Policarpo (Sin poner mucha atención): Si eso oímos,
designios de Dios, les va a tocar duro para levantarse, pero a trabajar, es lo
que toca.
Casilda: Si les va a tocar muy duro, pero ahora no tienen nada,
ni ropa, ni comida, les dieron un lugar en la iglesia para quedarse pero
necesitan todo lo demás, nosotras queremos ayudarlos y estamos haciendo una
colecta en el pueblo para llevarles las cosas necesarias, leche, comida, ropa,
cobijas, agua potable, medicinas.
Policarpo (asintiendo): Muy bien, espero que tengan
mucha suerte y consigan ayudar a esa gente.
Mariana (negando con la cabeza): No señor
Policarpo, no vinimos solo a contarle, vinimos a solicitar su ayuda, usted
tiene un almacén, y es una de las personas más pudiente del pueblo, échenos una
manito y done algo para ayudar a las personas que están pasando por esa
tragedia.
Francisca (tomando la mano de Policarpo): Si Poli,
vamos a donar algo, esa gente debe sentirse desbastada.
Policarpo (soltando la mano de Francisca y caminando para
alejarse un poco): Miren, a mí me da tristeza con esa gente, pero
esto no es una casa de caridad, todo lo que vendo a mí me cuesta, si regalo las
cosas pierdo, y no puedo volver a comprar, las felicito por su iniciativa, pero
no puedo ayudarlas.
Francisca (sorprendida): ¡Poli! ¿Cómo no puedes
ayudar? personas que tienen menos lo están haciendo.
Mariana: No le pedimos
mucho, cualquier cosa que pueda donar es una gran ayuda.
Casilda: Póngase la mano en el corazón don Poli, hoy son ellos y mañana
podemos ser nosotros.
Policarpo (convencido de no ayudar): Si Dios decide
que en algún momento seamos nosotros los que pasemos por eso, ya veremos cómo
salir adelante, yo tengo dinero guardado, la gente no previene.
Casilda (molesta): Vamos Mariana, es evidente que
don Poli no nos va a ayudar, que se le multiplique todo lo que tiene don Poli y
gracias por nada.
Casilda y Mariana salen del almacén y francisca molesta deja a Policarpo solo en la tienda.
Casilda y Mariana salen del almacén y francisca molesta deja a Policarpo solo en la tienda.
ACTO II
Ambientación: Salón solo con un montón de cajas apiladas,
cobijas, mantas y suministros.
Introducción: Casilda y Mariana organizan las cajas en el
salón, sus caras son de tragedia, están despeinadas y sucias. Entra Policarpo y
su esposa en las mismas circunstancias, despeinados, la ropa sucia y rota.
Policarpo (deprimido): ¡Dios! ¿Cómo nos vino a pasar
esto? Lo perdimos todo, esta vez el rio creció hacia este lado y nos dejó sin
nada.
Casilda (preocupada): ¿Están bien? ¿No les paso
nada?
Francisca: Afortunadamente logramos subir a la montaña
y salvamos nuestra vida, es lo que importa.
Mariana (irónica): ¿Y que lo trae por aquí don
Poli?
Policarpo (molesto por la pregunta): Estoy haciendo
turismo Mariana. Vine a refugiarme como todos los que perdimos nuestras casas.
Mariana (sin perder la ironía): ¿Se va a refugiar
aquí? Hace 8 meses exactamente a la gente del sur le paso esto mismo, y usted
se negó a ayudar, porque tiene dinero guardado y cada quien tenía que resolver
sus problemas. Y ahora ¿Se va a refugiar y a servir de la ayuda de esa gente que
no quiso ayudar antes?
Francisca (avergonzada): Mariana tiene razón Poli,
debes buscar como resolver, y no aprovecharte de la ayuda de la gente que tú te
negaste a ayudar.
Policarpo (también avergonzado y dándose cuenta de su egoísmo):
Lo se Francisca pero estamos incomunicados, lo perdimos todo y no puedo llegar
al banco ¿Qué puedo hacer?
Casilda (en tono conciliador): Nada don Poli, aquí
es bien recibido, la ayuda es para todos porque existe gente buena y capaz de
ayudar al necesitado, pueden quedarse, pero espero que esto le haga aprender la
lección. Hoy por ti, mañana por mí.
Policarpo, se acerca a Casilda tomando su mano y sonriendo en
gesto de agradecimiento.
FIN
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